Refranes

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El agua, como buey; y el vino como rey

— Compara este refrán las dos bebidas: la primera, le parece propia de animales; la segunda, de reyes. También aconseja cómo beberlas: la primera, sin moderación; la segunda , con cuidado exquisito.

Agua, ni quiebra hueso ni descalabra.

— Dice que por miedo a mojarse no debe uno dejar de hacer aquello que de verdad importa, tanto más cuanto que NUNCA LLUEVE A GUSTO DE TODOS y CÁNTARO MÁS, CANTARO MENOS, TODOS LOS AÑOS LLUEVO LO MESMO.

Agua corriente no mata a la gente.

— Es expresión de réplica que se emplea cuando alguien pretende disuadir a otro de beber agua de un río o de un arroyo.

Agua de por San Juan, quita vino y no da pan.

— Advierte que las lluvias cercanas al día de San Juan (que se celebra el 24 de Junio) suelen resultar muy perjudiciales para los viñedos y trigales.

Agua fría y pan caliente, nunca hicieron buen vientre.

— Porque ambas cosas, advierte, son igualmente dañinas para el aparato digestivo.

El agua hace la vista clara.

— Al contrario que el vino, quiere decir, que la enturbia con los efectos dañinos del alcohol.

Agua que no has de beber, déjala correr.

— Reprende la intromisión en quello que no nos concierne o ha dejado de concernirnos.

El aguardiente y la malvasía, mézclalos, María.

— Es receta exquisita para preparar un cóctel de bebidas alcohólicas.

Ajo crudo y vino puro pasan el puerto seguro.

— En sentido amplio, este refrán alude a la necesidad de una buena alimentación para poder desempeñar adecuadamente el trabajo. Su orígen está en la sabiduría popular, que siempre ha considerado al ajo alimento de gran valor nutritivo y curativo, y al vino,

Al que va a la bodega, por vez se le cuenta, beba o no beba.

— Recomienda no frecuentar lugares de dudosa reputación, aunque a ellos se acuda con buenas intenciones.

El arroz, el pez y el pepino nacen en agua y mueren en vino

— El orígen de este refrán está en la antígua creencia popular de que no era recomendable beber agua con estos alimentos , y que, en cambio, para que sentaran bien al estómago, debían acompañarse de vino.

El buen vino no ha menester pregonero.

— Tiene el mismo significado que dice: «el buen paño en el arca se vende». Indica que las cosas valiosas casi se venden solas por su calidad acreditada.

Bueno es el vino cuando el vino es bueno, pero si el agua es de una fuente cristalina y clara, mejor es vino que el agua.

— Suele ponerse en boca de aquellos que gustan de beber vino, y que no lo cambian ni por la mejor agua.

Con buen vino se anda el camino

— Alaba las virtudes del vino, como estimulante y dispensador de energías.

Cual el año, tal el jarro.

— Dice que el jarro donde se bebe el vino deber ser proporcinado a la cosecha obtenida. Por extensión, se usa también para expresar que los gastos han de acomodarse a los medios de que se disponga para cubrirlos.

Derramar vino, buen destino; derramar sal, mala señal.

— En la creencia popular se identifica el vino con la alegría, mientras que la sal se relaciona con los malos espíritus. Tanto que en los pueblos la gente sencilla echaba sal en las casas, a modo de maleficio.

Después de beber, cada uno dice su parecer.

— Advierte que cuando se bebe alcohol suelen decirse cosas que estando sobrio se callarían. Así acopnseja Cervantes: «Sé templado en el beber considerando que el vino demasiado ni guarda secreto, ni cumple palabra.

La leche, al pié de la vaca.

— La mejor forma de evitar adulteraciones en los alimentos es consumirlos apenas producidos.

Más vale que se te seque la boca, que no la bolsa.

— Alue al costoso desembolso que supone ser bebedor habitual de vino.Tal vez por eso dijo Ernest Dowson: «No son largos los días de vino y rosas».

Más vale vino maldito que agua bendita.

— Juego de palabras que se pone en boca del borracho, que prefiere cualquier vino a la mejor agua.

Miráis lo que bebo y no la sed que tengo.

— Reprende a los que critican las riquezas ajenas, sin tener en cuenta el esfuerzo que ha costado conseguirlas.

Nadie diga de este agua no beberé.

— Previene contra las declaraciones categóricas, pues ignoramos lo que nos depara el futuro.

Ni mesa sin vino, ni sermón sin agustino.

— Porque el vino, según los salmos, alegra el corazón del hombre, y San Agustín porque sus obras son un manatial in agotable de citas para el orador sagrado. Similar estructura, aunque distintos protagonistas, tiene este otro: «Ni mesa sin pan, ni ejército

No es bueno el mosto cocido en Agosto.

— Porque con el calor se escalda y hace mal vino, explica Correas.

No hay tal caldo como el jugo del guijarro.

— Se dice, en alabanza del agua, que es la bebida por excelencia.No opinaba lo mismo Desaugiers, el poeta francés: » Todos los perversos don bebedores de agua» decía.

El pan, pan, y el vino, vino.

— Este refrán se dice cuando se quiere que las cosas se expresen sin rodeos y con claridad.

El pan, con ojos, el queso, sin ojos, el vino que salte a los ajos.

— Literalmente indica las características que ha de tener cada uno de estos productos para ser considerados óptimos.

Quien tras la ensalda no bebe, no sabe lo que se pierde.

— Es uno de los pocos refranes que recomienda beber agua mejor que vino, y aún entonces, después de la ensalada.

Tabaco, vino y mujer, echan al hombre a perder.

— Aconseja no abusar de cualquiera de éstos, y menos aún de todos ellos juntos.

Tras las peras, vino bebas.

— Alude a la antígua creencia de que tomar agua después de la fruta era perjudicial para la salud.
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